La nueva moda de los Borbón se impone en Nueva España
Este Reto te presentamos dos fragmentos de un texto de Georgina Luna Parra, aparecido en el número 35 de la revista México en el tiempo, dedicado a la moda en la indumentaria. A partir de su lectura podrás saber cómo era la forma de vestir de os diferentes grupos sociales en el siglo XVIII y compararlos con la que existe en la actualidad
La ostentación virreinal.
Vayamos
a la Plaza Mayor un domingo por la mañana. Por un costado aparece, acompañado
de su familia y su séquito, el virrey Francisco Fernández de la Cueva, duque de
Albuquerque. En una elegante carroza traída de Europa viene a oír misa a
Catedral.
Atrás
quedaron los sobrios trajes oscuros de
finales del XVI cuyo único lujo era las largas golas. Hoy impera la moda
afrancesada de los Borbones. Los hombres levan pelucas largas, rizadas y
empolvadas, casacas de terciopelo o de brocado, cuellos de encaje de Bélgica o
de Francia, pantalones de seda, medias blancas y calzado de piel o de tela con
vistosas hebillas.
Las damas de principios del siglo XVIII lucen entallados
vestidos de seda o brocado con escotes pronunciados y amplias faldas, bajo las
cuales se coloca al armazón de aros llamado por ellas “guardainfante”. Estos
complicados trajes tienen plisados, bordados, incrustaciones de hilo de oro y
plata, madroños, pedrería, chaquiras, lentejuelas y listones de seda. Los niños
visten con réplicas del traje y las joyas de sus padres. Los atuendos de los
sirvientes, pajes y cocheros son tan ostentosos que provocan la risa de los
transeúntes.
Las familias criollas y mestizas ricas copian los
vestidos de la corte virreinal par lucirlos en las fiestas. La vida social es
muy intensa: comidas, meriendas, veladas literarias o musicales, saraos de gala
y ceremonias religiosas llenan el tiempo de hombres y mujeres. La aristocracia
criolla se hace presente, no sólo en el vestuario y la joyería, sino también en
la arquitectura, en el transporte, el arte en sus diversas manifestaciones y en
todos los objetos cotidianos. Alternan con “la nobleza” el alto clero,
militares, intelectuales y algunos artistas que a su vez tienen a su servicio
esclavos, sirvientes y damas de compañía.
En las clases altas el atuendo cambia con los
acontecimientos, los europeos dictan la moda, pero las influencias asiáticas y
nativa son definitivas y dan como resultado prendas excepcionales como el
rebozo, que según muchos investigadores, está inspirado en el sari de la India.
Capítulo aparte merecen los productos de Oriente venidos
en las naos. Sedas, brocados, alhajas, abanicos procedentes de China, Japón y
Filipinas tienen gran aceptación. Los mantones de Manila, bordados en seda y
con largos flecos cautivan por igual a los residentes de la Nueva España. Así
vemos que las mujeres zapotecas del Istmo y las chiapanecas recrean los diseños
de los mantones en sus faldas, blusas y huipiles.
La clase media usa ropa más sencilla. Las mujeres jóvenes
llevan prendas ligeras de colores fuertes, mientras que las mayores y las
viudas visten de colores oscuros con cuello alto, mangas largas y manitilla
sostenida con peinetas de carey.
Desde
mediados del siglo XVIII la moda es menos exagerada en los hombres, se acortan
las pelucas y las chupas o chalecos son más sobrios y pequeños. Las mujeres
tienen preferencia por las prendas recargadas pero ahora las faldas son menos
amplias: aún llevan pendientes de la cintura dos relojes, uno que marca la hora
de España y otro la de México. Suelen llevar “chiqueadores” de carey o de
terciopelo, a menudo con incrustaciones de perlas o piedras preciosas.
Ahora, bajo el mandato del virrey Conde de Revillagigedo,
los sastres, costureras, pantaloneros, zapateros, sombrereros, etcétera, ya se
han organizado en gremios para reglamentar y defender su trabajo, pues gran
parte de los atuendos se confeccionaban ya en la Nueva España. En los
conventos, las monjas hacen encajes, bordan, lavan, almidonan, encañonan y
planchan, además de los ornamentos religiosos, prendas de vestir, ropa de casa
y ropones.
El traje identifica a quien lo lleva, por esa razón se ha
emitido un edicto real prohibiendo el chambergo y la capa, ya que los embozados
suelen ser hombres de mal comportamiento. Los negros llevan vestidos
extravagantes de seda o algodón, acostumbran la manga larga y las bandas en la
cintura. Las mujeres usan además turbantes tan exagerados que les han valido el
mote de “arlequines”. Todas sus prendas son de colores brillantes, sobre todo
rojas.
El
“pueblo” y su moda intemporal
Visitamos
ahor alas calles y los mercados para aproximarnos a la “gente del pueblo”. Los
hombres llevan pantalón corto o largo, pero no falta quien sólo se cubra con un
taparrabos, además de sencillas camisas y huipiles blancos de manta y los que
no van descalzos usan huaraches o botas. Si su economía lo permite llevan
jorongos y sarapes de lana con diseños diferentes según la región de su
procedencia. Abundan los sombreros de petate, de fieltro, y de “panza de
burro”.
Algunas mujeres portan enredo –pieza
rectangular tejida en telar sujeta a la cintura con una faja o ceñidor-, otras
prefieren la falda recta de manta o sarga hecha a mano, también sujeta con
ceñidor, blusa de escote redondo y manguita “de globo”. Casi todas llevan
rebozo sobre la cabeza, en los hombros, cruzado en el pecho o en la espalda,
para cargar al bebé.
En general, los vestidos del
“pueblo”, las clases menos privilegiadas, han cambiado muy poco con el paso de
los siglos y han perdurado prendas cuyo origen se pierde en el tiempo. En algunas regiones de México
se siguen usando vestidos prehispánicos o bien con alguna modalidad impuesta
por la Colonia. En otros lugares, si no cotidianamente, sí se llevan en las
fiestas religiosas, cívicas y sociales. Son prendas hechas a mano, de compleja
elaboración y gran belleza que forman parte del arte popular y constituyen un
motivo de orgullo, no sólo de quien las luce, sino de todos los mexicanos.
Fotografías tomadas de Moda de 1810
Responde las siguientes preguntas en tu cuaderno
1.-
¿Qué características adquirió en Nueva España la nueva moda de los Borbón, a
diferencia de los oscuros y sobrios trajes que se habían usado a finales del
siglo XVI y XVIII?
2.-
¿Por qué en el siglo XVIII se impuso en Nueva España la moda afrancesada de los
Borbones?
3.-
¿Quiénes conformaban las clases altas en la Nueva España?
4.-
¿La forma de vestir durante el siglo XVIII permitía distinguir la condición
social de las personas? Explica. ¿Qué clase sociales puedes distinguir a partir
de la lectura del texto?
5.-En
el siglo XVIII, las clases acomodadas novohispanas copiaban de Europa la moda
en el vestir. Sin embargo, en Nueva España dicha moda adquiría características
particulares. ¿De dónde provenían algunos de los elementos que proporcionaban
nuevos aspectos a la moda novohispana?
6.- ¿Quién dicta la moda en la actualidad?
¿Qué elementos influyen en ella? Compara la moda del siglo XVIII con la actual
y señala semejanzas o diferencias. ¿Actualmente se puede distinguir la clase
social de las personas por su forma de vestir?
7.- ¿De dónde provienen la influencia de
los bordados de las faldas y huipiles del istmo de Tehuantepec y de Chiapas?
8.- Según muchos investigadores, el rebozo
está inspirado en el sari de la India, ¿En qué se parecen uno y otro?
9.- ¿Qué diferencias hubo en la moda
masculina novohispana de principios del siglo XVIII y la de la segunda mitad de
ese siglo?
10.- ¿Qué cambios y permanencias
encuentras entre la moda de las clases altas del siglo XVIII y la de la
actualidad? ¿Qué cambios y permanencias puedes observar en la forma de vestir
de las clases menos privilegiadas en aquella época y en ésta?
11.- ¿Qué es un gremio? ¿Qué gremios
relacionados con la moda en el vestir se organizaron en el siglo XVIII? ¿Con
qué objetivo?
12.- ¿Por qué se prohibió, mediante edicto
real, el uso del chambergo y la capa en la segunda mitad del siglo XVIII?
13.- ¿Por qué se dio a las mujeres negras
el mote de “arlequines”?
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